Detrás de un gesto
El fin de la arquitectura es crear y dejarse sentir entonces, ¿cómo podemos buscar la verdadera razón de su existencia? El gesto arquitectónico admite que se basa en un balance entre funcionalidad y expresividad, esto nos lleva a cuestionar cómo se juntan los dos términos. La mención y crítica de arquitectos y su controversia hacia las interacciones que hacen en su entorno es definitivo en entender cómo se mezcla la intención y pasión.
El simbolismo que mostramos y queremos conllevar hacia el mundo demuestra nuestros intereses, pasiones y compromiso continuo con los espacios que trastocamos. Esta es la mayor explicación para nuestra intervención en lo que nos preocupa. Realmente, la razón e intención es el centro de nuestra necesidad como humanos.
¿La funcionalidad y lógica de una estructura puede entender verdaderamente el mensaje q quiere representar y mantenerlo? Pues si, aveces la funcionalidad nos logra entender el proposito y representacion artistica que quiere llevar un diseño y no alreves como usualmente insinuamos. La esencia de la arquitectura es precisamente encontrar ese equilibrio entre el hacer y el ser, entre lo práctico y lo simbólico. Así, lo que muchos podrían considerar como una limitación de la funcionalidad se convierte en una oportunidad para reforzar el mensaje, dotando al espacio no solo de una utilidad práctica, sino también de una narrativa emocional y conceptual que trasciende su mera existencia física.
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